Pito

Pito

Isabel Quintero

Dicen, "pequeñito pero matón", y que verdad es con Pito, tan pequeño y juguetón nos pareció el día que fuimos a por él, pero al año nos parecía el terror de los mares. Me rio yo de los niños hiperactivos... Pito corría escalera arriba y abajo, no paraba de ladrar, agotador e insoportable, y claro, los niños acentuaban más su estado de ánimo cada día. Hubo un momento que pensamos..."lo damos, o lo adiestramos porque si no acabará con nosotros". De ahí que fuimos a Malilupus a solicitar información. Nos atendieron desde el primer momento muy bien, hubo días durante el adiestramiento que pensábamos no íbamos a ser capaces de realizar las peticiones de Luis, no por que sonaran difíciles sino que el cambiar tu forma de hacer las cosas costaba mucho, y más porque ingenuos de nosotros pensábamos que lo estábamos haciendo a las mil maravillas...
Casi finalizando las clases y de repente todas las piezas del puzle se empezaron a colocar en su sitio, y gracias a Dios conseguimos el objetivo, ¡¡¡CONTROLAR A PITO!!